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Testimonio de Irma



En el mesde octubre del ano 2000, comence con un problema de la pierna derecha. Era unfuerte dolor en la rodilla, mas que nada, esto me impedia poder caminar y poderir a trabajar.
El comienzo de la pesadilla 

Al  acudir al médico en el ISSTE de Puebla, mepasaron con el ortopedista, donde me dieron varios diagnósticos como: senubialpélvico, condromalasia, disquinesia distonia de miembro inferior derecho, todoésto en articulaciones de la rodilla. Después dijeron quiste a nivelcadera.  De ahí me enviaron a neurología,con dos neurólogos que tenian diferente versión de la enfermedad. Uno de elloscomentó por escrito  lo siguiente: “Enrelación al caso de la senora Irma Pérez, desde mi punto de vista no logrointergrar diagnóstico  sindromático, ymucho menos ofrecerle un tratamiento definitivo. Sin embargo mi colega sugirióel diagnóstico de disquinesia de miembro inferior derecho, por lo que valdríala pena una sesión conjunta, ya que involucra los servicios de ortopedia,  neurología y neurocirugia.” Esto fue solo unade las tantas opiniones que me dieron. Más tarde  también mediagnosticaron un probable tumor intramedular toráxico.Fui enviadaal hospital Guadalupe en la Cd. de Puebla para realizarme dos resonancias magnéticasde columna dorso lumbar. De igual manera me enviaron a ser tratada enfisiatría, pero en nada habia mejoría. Entre terapias  y exámenes estuve desde el ano 2000 hasta el 2003, sin que nada de ésto ayudara a mejorarme, por el contrario el dolor sehacia cada vez más intenso. 

Despuésdecidieron enviarme al Hospital 20 de Noviembre en la Cd. de México, dondeentre otras cosas me ofrecieron el inyectarme con Botox, una sustancia quetiene grandes efectos contraproducentes, como problemas para respirar,impedimento para la acción de tragar alimentos, y puede paralizar otrosmusculos. Independientemente de que es un medicamento muy caro. Por lo que alnegarme a que me lo ministraran,  lescauso gran enojo pues tendrían que tirar el contenido de la jeringa. Ahora doygracias al Senor que no permitió que me lo inyectaran, pues se de personas quehan quedado peor.Así pasaronotros meses, hasta que decidieron hacerme una cirugía, que según ellos me daríala mejoría. Pero desgraciadamente, en nada ayudó, por el contrario, por muchosmeses no pude ni siquiera dormir pues los dolores  al querer estirar lapierna eran agudízimos. 

Su fidelidad y mi fidelidad 

Dentro detodo ésto, yo siempre seguía alabando al Senor, y dándole las gracias por misanidad.  Algo que siempre le pedía eraque permitiera congregarme en la Iglesia, pues la dificultad para moverme, haciaque tuviera que depender siempre de alguien que me pudiera llevar en su auto. Yrecuerdo que El siempre me respondió, pues en ese tiempo el Senor envió a muchagente, que aun sin conocerme, se comprometían a llevarme y traerme . Entreellos una pareja de pastores que cada domingo me recogian en mi casa parallevarme a su iglesia y luego me traían hasta mi casa, aunque la distancia eramucha. Así pasaron 3 anos, en los cuales nunca falté a ninguna reunion.  Aún padeciendo dolores, con la ayuda deandadera, o muletas hacía el esfuerzo por ir a oir la Palabra de Dios. Y ahorasé cómo el Senor ve nuestra fidelidad y credibilidad a lo que El nos dice en suPalabra. 
Algo que Elpermitió también fue que abriera mi casa para tener reuniones de oración yalcance, donde conocí a mas gente. 

Cayendo aún más 

Los anossiguientes fueron cada vez más duros, pues me ví forzada a usar silla de ruedas. Aún en mi casa al querer limpiar o lavar los trastes, no podia ni sostenerme yme giraba y me caía. Cuando traté de comentarlo con el fisiatra lo unico quehizo fue reirse y decirme: “pues ya no hagas nada”. Recuerdo que ahora mequerían tratar hasta con acupuntura, pero sabiendo que ésto no es de Dios, menegué, aun sabiendo que corria el riesgo de no seguir recibiendo la incapacidadque me pagaban. Pero todo ésto me ensenó a confiar y depender solo de Cristo. 

Las palabras del diablo

Una de mis hermanasque estaba de visita en Puebla, me acompanó al doctor, pues ella quería oirpersonalmente si había una posible cura para mí. La respuesta del médico no sehizo esperar: “Hágase a la idea de que su hermana tiene una enfermedad degenerativacronológica y ella nunca va a poder caminar, ni trabajar!”Lo mismo medijeron cuando busqué ayuda con especialistas particulares, y ahora después dela operación me daban un nuevo diagnóstico: desgaste de cadera derecha, lo quetambién en el ISSTE me diagnósticaron por último. Y querían nuevamenteoperarme, pero ahora de la cadera, para poner una prótesis, que sólo podríacalmar los dolores, y si acaso con ayuda de un bastón podría yo ir al banosola, pero caminar definitivamente no podría. 
En medio detodo ésto, tenía aún que oír las palabras de gente que sin conocer a Jesús y supoder sanador, me sugerían que buscara ayuda en curanderos, lugares de“sanidad”, etc. Y aún tenía que enfrentar a mis vecinos que cegados por elcatolicismo, insinuaban que tal vez mi “religion” no era tanto de ayuda comosus imagenes y santos, que colgaban precisamente de la pared donde estan lasescaleras de mi edificio, y que con tanta dificultad y dolor tenía que subir ybajar. Esto siempre ayudada por mi hijo, que desgraciadamente tuvo queinterrumpir el último ano de secundaria, para poder ayudarme cargando la sillade ruedas, empujandola, y llendo de doctor en doctor, para sólo oir lo desiempre: “Tú mamá no va a poder, caminar, manejar, trabajar”… 

Decidí escucharsólo la voz del Espíritu 

Santo Cansada yade oír lo mismo, algo dentro de mí me hizo entender que éstas eran las palabrasdel diablo, y sentí tanto coraje contra él, que decidí no volver nunca más aesos médicos, sin importarme las consecuencias. Al mismo tiempo comencé adeclarar por fe que todo iba a estar bien, que no aceptaba esas palabras, y quemi hijo iba a ver todo lo contrario. Y más que nada commencé a declarar todaslas promesas de la Biblia, que el Senor nos dejó sobre nuestra sanidad, y apartir de ahí empece a ver mi mejoría, aunque de manera  lenta. 

Aprendiendo a oír la voz de Dios 

En estelargo proceso, algo muy importante que aprendí es a escuchar la voz del Senor.   En esosdías a mi iglesia llegaron unos pastores invitados que no me conocían ni sabíanmi situación. La esposa al orar por mí, me dijo que Dios me iba a sanar demanera progresiva, y que El  me iba amostrar muchas cosas. Recuerdo como lloré pues precisamente en este tiempocomenzaba a sentir menos los dolores y poco a poco fuí dejando la silla quetenía que usar para banarme. También tomé una promesa de su Palabra, donde Jesúsdijo: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la Gloria de Dios”.  Y yo lo iba viendo cada vez más en mirecuperación, personas que me habían visto en la silla de ruedas hasta llorabancuando veían que ahora ya podía estar de pie, y poco a poco dejé una muleta,ahora sólo necesitaba apoyarme con una sola. Aún los incrédulos se asombrabande verme de pie y fortalecida en el Senor Jesús 

La última palabra la tiene Jesús 

El últimopapel que recibí como constancia de mi enfermedad e incapacidad de trabajocontiene las siguientes palabras:  ”Malasalud de la paciente, la cual cursa con disquinecia de cadera derecha pornevrosis vascular. Requiere de reposo y en cuanto ella lo decida(pues como nofuncionó la operación de rodilla, no quisieron presionarme para  hacerme otra operación), se le pondráprótesis total de cadera derecha no cementada”.  Aún con laamenaza de no recibir mi pensión por incapacidad, por no continuar con sustratamientos, ya estaba decidida a no operarme y a creer que la últimapalabra la tiene Jesus. Y hasta ahora Jésus también ha visto por mi provisióneconómica.En elverano del 2008, mi hermana Eva y su esposo Heikki vinieron de Finlandia aministrar a México. Estando de visita en la casa que ellos rentaron en suestancia en Puebla, Heikki me dijo que quería orar por mi para recibir misanidad, pues ellos veían la incomodidad de tener que usar siempre aun unamuleta para sostenerme y poder caminar. Y ahí sé que sucedió el milagro, puesal otro día pude dejar la muleta, cosa que antes intenté hacer, pero no mesostenía. Hoy sé que éste fue mi tiempo para que yo recibiera mi sanidad, puesel tiempo del Senor ya fue hace 2000 anos. 

La alabanza y la gloria son para el Senor 

A diario yen cada momento doy gracias al Senor por esa paz que ahora me ha dado, y la felicidad de poder ser usada para dar con mi propia vida el testimonio de que supoder es real, y poder ayudar así a otras personas  que estén pasando por enfermedades o pruebas.Declarando que Jesús es nuestra fortaleza y que las enfermedades no sonenviadas por Dios sino por el diablo.  “El ladrón no viene sino para hurtar y matar ydestruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan enabundancia”. Juan:10:10. 

Irma Pérez 
Puebla, Pue. México.


Testimonio de Topazio


Damos gracias al Eterno Dios que permite que podamos compartir con ustedes el poder y su gracia sobre nuestras vidas. Damos gracias a Dios por los hermanos Heikki y Eva Taakala, los amamos y los bendecimos. A ellos les conocemos desde hace más de 10 años. 

Cuando mi amado y yo estábamos comprometidos, recuerdo que oraron en una ocasión por nosotros y por nuestra descendencia. Después, cuando nos casamos, ellos oraron por nosotros pues no habíamos podido tener hijos, y ellos oraron para que tuviéramos hijos. Oraron y declararon Palabra sobre nuestros hijos, hijos que aún habían llegado. 

Pasó el tiempo y la promesa no llegaba. Una ocasión vimos a un médico, que nos mandó exámenes horribles para determinar la causa por la que no habíamos podido tener bebes, (pues ninguno de los dos habíamos tomado algún tratamiento para  tener hijos, ninguno, nada), ya saben “queremos ayudar a Dios”. 

Mi esposo, quien es hombre de Dios y sabio me dijo, “esos exámenes son muy invasivos y dolorosos para  las mujeres, mejor yo me hago primero todos los que dice el doctor, y vemos que resulta,  para no someterte a ti sin ser necesario”. Para ésto, en esas fechas teníamos un evento importante de evangelismo con niños, y no hicimos nada de estudios; ni en ese tiempo ni después. Junto con mi esposo, desde que éramos amigos, hace ya unos 15 años de ésto, trabajábamos con niños. Para nosotros fue un poco duro, porque educábamos a tantos niños en la Palabra de Dios, pero ninguno era nuestro…. 

Sólo personas que pasen por lo mismo, pueden entender el grado de frustración y angustia que se vive cuando quitamos la vista de  Dios y sus promesas. Ya habíamos recibido la palabra de parte de Dios por medio de los profetas Taakala “que tendríamos hijos propios”, mas sin embargo, el tiempo pasaba; y la paciencia no es algo que caracterice al humano. Pasó el tiempo y un hermano, Ian, otro hombre del Señor, nos habló acerca de nuestros hijos, y dijo” ya preparen la habitación del bebe”, y dije: ok Dios,  gracias por los hijos que me darás. 
Para ésto, vino un tiempo donde muchas personas de distintos lugares nos preguntaban “¿y los hijos para cuándo?” 

Llegó un momento que me sacó de mis casillas, porque era tanto el ataque, que fue abrumador. La gente a veces no ve que más que una pregunta de cortesía,  para uno es un recuerdo de algo que anhelas y que simplemente no llega..., y fuera de agradar hace todo lo contrario… Mi esposo dijo: “! Sí, preparemos la habitación del bebé!, y yo pensaba: ..¿será? 

Un día, otro hombre del Señor, nos enseñó acerca de declarar vida a los huesos secos, qué gran enseñanza. Yo en mi casa, ponía mi mano sobre mi vientre y declaraba vida. Yo soy licenciada titulada con honores. Para el año 2011 ya trabajaba en dos empresas como Outsourcing en Sistemas de Administración en Producción. 

Un día, camino a la empresa, de pronto me vino una visión: Me veía en mi casa, en mi habitación con mi esposo, y de repente ví claramente, como un niño de no  más de 2 años, entraba sonriendo y se subía a la cama. Se le veía muy sonriente, ¡era nuestro hijo! Yo estaba en la calle, no lo soñé, yo lo ví. 

Después, a fines del 2011, le comentamos a Ian Smith acerca de la visión que tuve y nos dijo “es que era necesario que tú lo vieras para que avivaras tu fe”, y entonces mi fe empezó a hacerse fuerte. Empecé a declarar Palabra y a tomar las promesas y recordar la palabra ya dada por Dios por medio  los hermanos Taakala e Ian Smith.  Asi que seguía esperando ya en el Señor, junto con mi amado esposo. 

Un día Dios me dio un sueño, en el cual me mostró algo sobre el cuerpo de mi esposo. Se lo platiqué a un Pastor de Canadá, y él mencionó que a causa de una hechicería que habían soltado sobre mi esposo no habíamos podido tener hijos. Así que oró por nosotros y simbólicamente quitó lo que estaba estorbando; y nosotros dijimos: “!Gloria a Dios que cuida de sus hijos!” (Esposas, sean sensibles a la voz del Señor que les muestra situaciones acerca de su familia; y ésto sólo para sanidad, edificación y glorificar a Dios. 

Al inicio del año 2012, me dieron la Gerencia de Logística en una empresa de importación. Tenía excelente sueldo, transporte gratis, todas las prestaciones de ley, con muy buen horario y de lunes a viernes; y a  cargo de personal que me traía gran responsabilidad. En fin, un empleo excelente donde ya tenía una Gerencia a segundo nivel en el organigrama. Y entonces, a las dos semanas de haber empezado, Dios me dijo: “tienes el empleo que siempre has deseado y también un mes de embarazo”… y yo dije.. ( bueno no dije nada) me puse a llorar con mi esposo, dando gracias a Dios por ésto. Y al siguiente día renuncié al empleo. Creo que fue como una prueba para ver qué tanto quería un hijo y  qué tanto estaba dispuesta a renunciar. Y hoy te habla Dios a tí: ¿qué tanto estás dispuesto a renunciar por una bendición mayor? 

De ahí en adelante me dediqué al anhelo de mi corazón, a “la promesa cumplida” como yo le llamo. A los 7 años de casados, Dios nos dió a Roberto Manuel (su nombre significa “Dios con nosotros, famoso por sus triunfos y victorias”); o “el milagro” como lo llaman acá en Puebla.  Esto es para Gloria y honra sólo de Dios, y dando gracias por sus profetas como Heikki y Eva Taakala que son usados por el Eterno. Si has recibido palabra de Dios, espera y lo que te puedo decir es… prepara la habitación. 

Topacio Salazar 
Puebla, Mexico